ZONA MICRO Y
MACRO CENTROBARRIO CENTRO: Sector
MICROCENTRO 1
BIENES NO PATRIMONIALES: CHALETS
El chalet no es solo una tipología
de viviendas que resume un período histórico en Mar del Plata, sino que también
logró convertirse en la característica arquitectónica de la ciudad.
Según la RAE, castellanizada a “chalé” (aunque esa grafía no fue aceptada en estas latitudes, prefiriendo su forma francesa “chalet”), es una construcción destinada a vivienda unifamiliar, de una o pocas plantas y que posee jardín. Las características principales son el uso de madera o piedra en muros y techos con pendiente y aleros.
Esta definición resulta escueta y no cuenta la historia de esta típica
construcción. La palabra chalet es originaria de la lengua
francoprovenzal (o arpitano). Esta lengua pertenece a la familia de lenguas
galorromances y es característica de la región denominada Arpitania
(topónimo moderno), compartida entre Francia
(abarcando las regiones históricas de Saboya, el Franco Condado,
Charolais, Beaujolais, Delfinado, Forez, Lyonnais y parte de Borgoña), Suiza (región de Romandía) e Italia (el Valle de Aosta y el sector
alpino del Piamonte). Chalet deriva de “Cala” (idioma protoindoeuropeo), que
significa “lugar protegido o refugio de piedra”.
De aquí que la palabra chalet se utilizó en un principio
para referirse a las construcciones rurales alpinas específicamente. A este
chalet original se lo denominó chalet suizo, de montaña, alpino o de pastores.
Según los “puristas idiomáticos” decir “chalet alpino” sería una tautología (o
redundancia), porque el término chalet es un localismo de esa región.
Vale aclarar que las denominaciones de los diferentes tipos de chalets son
propias de cada región o país. No confundir a este chalet alpino original
(rural) con el chalet alpino (urbano) que se conoce en Argentina. Este último
tiene la característica de tener una volumetría bien simple, de pequeño tamaño,
con techos a dos aguas de pendiente abrupta (que totaliza el volumen general) y
los faldones llegan hasta el piso.
Los chalets rurales originales fueron evolucionando, en los distintos
países, hacia modelos similares pero con características y materiales propios.
Los mismos fueron implantados en espacios semiurbanos primero (con fines
vacacionales) y luego en el ámbito urbano.
En Argentina y más precisamente en Mar del Plata, se fueron dando nombres
particulares a los distintos tipos de chalets, teniendo en cuenta sus recursos
compositivos y materiales característicos. De esta manera surgieron los
siguientes nombres de chalets: suizo, normando, inglés, anglonormando, español,
vasco, californiano, canadiense, marplatense, etc.
A continuación se mostrarán los chalets subsistentes en este sector del microcentro marplatense. Los mismos son escasos porque en este sector compitieron con las casas modernas de principios del siglo XX y posteriormente con la edificación en altura, que fue paulatinamente reemplazando a ambas tipologías y a las más antiguas: las casas chorizo o criollas.
En la primera sección de este sector (desde 20 de septiembre hasta la Av. Independencia y desde la Av. Colón hasta la Av. Luro), la distribución de los chalets subsistentes se concentra sobre el límite oeste, cerca de la plaza Peralta Ramos.
Nos encontramos con los siguientes ejemplos, de variados estilos, revestimientos de piedra en el total de la fachada, revestimientos en piedra en forma parcial, utilización de maderas y revoques tratados en forma rústica, cubiertas múltiples en tejas francesas o españolas, en fin, típico repertorio marplatense:
En 2019, los dueños del chalet recibieron el “Diploma a la Identidad Marplatense”, reconocimiento otorgado por
la Defensoría del Pueblo de la Municipalidad de General Pueyrredon junto al
Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires Distrito IX (CAPBA) y
otras entidades que acompañan la defensa del patrimonio cultural. Este
reconocimiento se otorga a los propietarios de inmuebles que a pesar de su
importancia para la identidad de la ciudad, no están protegidos por la Declaratoria de Interés Patrimonial (Ordenanza
N°10075. Se destaca la contribución de los dueños al mantenimiento con vida de
obras de valor que de otra forma podrían haberse perdido.
En la segunda sección de este sector (desde
la Av. Independencia hasta la calle Santa Fe y desde Bolívar hasta la Diag.
Alberdi), los ejemplos son muy escasos y se encuentran más
concentrados hacia el límite con el Barrio Plaza Mitre.
El chalet es obra de José V. Coll, uno de los primeros arquitectos marplatenses. Fue
construido por los constructores Nicolai
y Tempone. La propiedad incluye un viejo galpón (por Bolívar), una
vinería cuyos dueños eran tres hermanos. Hoy la propiedad (chalet + galpón)
está en venta. En los alrededores de este chalet (pero perteneciendo ya al
Barrio Plaza Mitre) existen al menos otras 4 obras en las que actúan los mismos
autores: Coll-Nicolai-Tempone.
Las siguientes tres propiedades conforman un conjunto uniforme de tres casas que comparten medianeras y se encuentran al lado de la nueva mezquita, por calle Bolívar entre Córdoba y Santiago del Estero:
Esta
propiedad fue construida en 1919 por Pablo Carabelli y para ubicarnos, es la
primera del conjunto, partiendo desde la mezquita. Según el Arq. Osvaldo Cova,
es una casa chorizo modificada, ya que al estar implantada en un lote angosto,
no podía “independizarse” de las medianeras. La “modificación” está
representada por la distribución de los ambientes, que se diferencia de la
tradicional planta lineal con galería lateral, que tenían las verdaderas casas
chorizo. Estas mismas apreciaciones son aplicables a los otros dos ejemplos de
este conjunto.
El
chalet presenta un zócalo de piedra y una planta baja con ladrillo a la vista
aparente, trabajo ejecutado por el frentista Luis Rovelli. En planta alta las
paredes tienen revoque rústico y aparece el mismo recurso de imitación de
ladrillo en recuadres de aberturas. En los mojinetes se recurre al típico
dibujo en representación de los entramados de madera (en este caso de
material).
La Casa de Adolfo Lemmi fue construida por la empresa Lemmi y Mannelli en 1922. Se diferencia de sus dos vecinas por su impronta italiana. Su fachada, dividida en tres planos, jugando con retranqueos escalonados desde el más retirado (a la izquierda) que contenía originalmente al garaje, pasando a la segunda franja con el acceso representado por un porch cerrado, y por último, el volumen más cercano a la línea municipal con un “bay-window”.
Toda la casa está revestida en revoque símil piedra, imitando sillares en planta baja y paños de ladrillo visto en plata alta. La impronta italiana está remarcada por: arcos de medio punto en arcadas, porch y ventanas (díforas y triforas), guardapolvos curvos, pilastras, frisos decorativos pintados (con motivos de lambrequines en el primer piso y orgánicos y querubines en el mirador) y techos con pendientes suaves.
El chalet de Pablo Carabelli presenta revestimiento de piedra con junta trabada en planta baja y tratamiento rústico y detalles en ladrillo visto aparente, similar al chalet de Bacigalupo. A todas las aberturas en planta alta le corresponden balcones de material (que originalmente tenían barandas de madera). Sobre el frente retirado dicho balcón es corrido convirtiéndose en una terraza. También sus tímpanos presentan entramados ornamentales de material simulando a los clásicos de madera. Las cubiertas son de tejas francesas.
La casa presentaba originalmente en planta baja, un hall u vestíbulo, una sala de billar un enorme comedor, cocina, baño y dos habitaciones de servicio. En la planta alta se distribuían 6 dormitorios y 2 baños. Una soberbia escalera comunica ambas plantas. Sobre el fondo del terreno disponía del pabellón de servicios (2 plantas) que contenía depósito, cocina y baño y tres dormitorios.
(*)
Todas las fotos del blog pertenecen a Oscar Casemayor, salvo las indicadas en
pie de foto.
(*) Para ver las fuentes de información y bibliografía consultada para el desarrollo de los distintos posteos, deben dirigirse al primer hilo del blog.
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